17. El Juguete del Niño (Relato de Ciencia Ficción)



El cristal se congeló rápidamente, el ambiente caluroso del mes de Agosto se enfriaba demasiado rápido para ser verdad. Manuela, que había puesto su mano derecha en el cristal, no lo podía despegar por culpa del hielo, se le había quedado la mano pegada pero ella finalmente pudo sacar la mano seguido de un suspiro de dolor, roto por el mismo tiempo. Jesús, cuando le estaba revisando la mano, algo le inquietó y dejó de darle importancia el dolor de Manuela, para que tanto ella como él y su hijo pequeño Joaquín de seis años, que llevaba consigo mismo un osito de peluche, miraron por la ventana congelada, totalmente atónitos. 


Esa noche nada volvería a ser igual, un rayo de luz muy potente y pura les cegaba, pero aun y así no podían dejar de ver dicha luz. Iban en pijama, Manuela se había despertado en la madrugada por culpa de una pesadilla, para ir a buscar un vaso de agua, pero Jesús también se desveló minutos antes y se fue a la cocina a buscar algo para aliviar su angustia, y luego el pequeño Joaquín, se había desvelado casi por la misma razón, y allí estaban, hipnotizados por algo que desconocían. Por la puerta que hay al lado de la ventana helada, entran dos seres bajitos, con la cara ovalada, los ojos negros, grandes y almendrados, y la piel gris, los tres se asustan y Jesús lo primero que hace es ponerse delante de su familia al mismo tiempo que Manuela le da un paraguas, que encuentra en un recipiente, para poder defenderse, y Jesús apunta con el paraguas al cuello de uno de los seres.


-       - ¡Marchaos, no tenéis nada que buscar aquí!- dice con voz clara pero amenazante.


Pero esos seres no contestaron a dicha amenaza y empezaron a caminar por la casa, Jesús quería defenderse pero estaba tan asustado que se quedó inmóvil. El pequeño Joaquín, asustado pero impresionado se cogió de la mano de su madre, uno de los seres, se acercó a él y le miró a los ojos, Joaquín tenía mucho miedo y cerró los ojos al verse reflejado en los ojos del ser que eran extremadamente fríos. 


-       - ¡Mamá!- gritó el niño asustado, lloriqueando, se le cayó el osito y él volvió a abrir sus ojos.


El ser se agachó para coger el osito y se lo devolvió después de mirarlo curioso, el chico lo cogió, que dejó de llorar instantáneamente. Entonces el ser le ofreció su mano y el niño se lo quedó mirando atónito. Manuela y Jesús eran testigos de lo que estaba pasando, y Manuela debido a un acto reflejo apretó la mano de su hijo pero Joaquín se desenganchó se su madre y le dio su mano al ser, que se lo llevó caminando hacia la puerta, los padres intentaron moverse y evitarlo pero no podían, algo les obligaba a mantenerse quietos.


-       - ¡No a mi hijo, no!- gritaba desesperada.- ¡Llevadme a mí, no a él!- seguía gritando, rota por el dolor que sentía en su pecho al ver como esos seres abducían a su único hijo.


Los seres desaparecieron de la casa, y cuando pasaron un par de minutos, ya no estaba la luz y Manuela y Jesús se podían mover, corrieron hacia el jardín que estaba nada más cruzar la puerta de entrada y vieron una nave ovalada con luces de colores, una mezcla entre rojo y verde, que surcaba el cielo ya a cientos de quilómetros de ellos. Manuela se arrodilló en medio del césped, sin dejar de observar, llorando el cielo nocturno totalmente estrellado, Jesús fue a consolarla, también estaba afectado y quebrado por dentro, pero se mantenía sus lágrimas dentro de él, aunque quería romper a llorar. 

Recomendación: La canción de Humano de Mintaka.

HR.

HERO&Corporation

Comentarios

Entradas populares de este blog

38. Tengo El Síndome Del Impostor

34. Actualización De La Telenovela HDLH

41. Volver A Crear Poesía